Los drones son esos robots alados conocidos popularmente por hacer la guerra a distancia. Hay miles de modelos; a reacción, con hélice, con forma de ala delta, y hasta con pinta de abeja voladora. Es igual el modelo, mientras vuelen y no los dirija un tripulante a bordo, son drones. En el MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts, por sus siglas en inglés), en Boston (EEUU), se están desarrollando algunas de las propuestas más innovadoras en el campo de los aviones no tripulados. Se están inventando prototipos que, además de volar, han aprendido a aterrizar en una rama de un árbol o a volar en bandada
Uno de los más innovadores ha sido desarrollado por Bhargav Gajjar, investigador asociado del Robotic Mobility Group del MIT y propietario de la empresa que ha desarrollado un peculiar mecanismo de aterrizaje para drones convencionales. Son unas patas extensibles que, acopladas a la base de un dron, permiten al aparato tomarse un descanso apoyado sobre una rama de árbol u otra superficie. Según relata Gajjar, el proyecto es propiedad de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos (USAF, en inglés) que, hace unos meses, lanzaron a concurso el reto de acoplar unas patas mecánicas a drones convencionales. Finalmente, este verano pasado, tras un examen final en la base aérea militar Wright Patterson de Ohio, la USAF aprobó el mecanismo creado por Gajjar.
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